domingo, 9 de diciembre de 2007

Domingo por la noche


La ausencia de dolor me hace desconfiar de mi felicidad y me lleva a una reflexion que me dara un poco de ese dolor que andaba necesitando, claro que al ser una medida menor solo merece llamarse angustia.

Como todo ser humano deberia saber somos indiscutiblemente imperfectos. Incompletos. Huecos en el alma que algunos solo sabemos rellenar con pecados para no sumirnos en la locura.

Tratar de hacer esta vida llevadera, ¿Por que no? ¿No es esa una buena justificacion para una conducta deplorable?¿Como se justifica que uno sienta lo que no debe sentir y piense lo que no debe pensar?

Todos somos por lo menos pecadores pasivos.


Yo no, se alarma la frigida que se preocupa mas por mirar los errores ajenos que en darse cuenta que su vida es un desastre.

¿Pecado? Se para de un salto efusivo el adolescente precoz y desafiante.

Alguien entendera lo que escribo, otros seguiran su camino haciendole caso omiso a mi monologo... y lo bien que hacen.

1 comentario:

Julián Torrado dijo...

ouch... me llegó lo que pusiste. A propósito, es tuyo o es ajeno?