viernes, 25 de enero de 2008

Inconformismo

Así son las cosas para él, siempre espera algo, que llegue el colectivo, que el colectivo llegue a destino, el momento de volver a casa, la gloriosa hora de dormir, que llegue el maldito viernes, que el viernes termine y le de paso al sabado, que el sabado no termine... esta bien, que termine, quiere dormir, y cuando llega el
domingo ya sin nada que hacer ni esperar tiene que hacer una pausa y preguntarse porque todo este absurdo voy, vengo, espero, que beneficio le trae esta vida rutinaria, esta esclavitud invisible y quien lo obliga a ello.
Entonces se deprime y ve alguna pelicula que ya vio 100 veces,
trata de evadirse pero llega la inevitable hora de la ducha, cuando fumando un cigarrillo a escondidas mantiene un discusion mental con el espejo imaginando que le dice a todo el mundo lo que se merece que le digan. Y se siente orgulloso de si mismo y de la manera tan inteligente en la que logro dejar a su contrincante sin palabras.
Claro que el adversario no habla, es imaginario, pero al encontrarse con él en persona las palabras exactas se le escapan de la mente y se queda solo con las estúpidas y reiteradas respuestas de siempre que lo hacen sentirse frustrado
pero no, no es que sea idiota o cobarde, es que no es una persona rencorosa y olvida lo que las personas le hacen con facilidad. Claro, hasta que vuelven a hacerlo y ahí de nuevo intervendra el discurso al espejo en el momento del baño.
Gracias a dios el maldito y odiado lunes volverá con una montaña de preocupaciones que solo lo va a dejar pensar en las mil
cosas sin importancia que en su lista de prioridades necesitan ser atendidas antes que él mismo.

Pero de acuerdo, por ahora todos los días para él son domingo y aunque se evade bastante bien la hora de la ducha siempre llega y ahí deja de ser el pacifista que todos conocen. A veces le gustaria que su otro yo, el de la ducha, pudiera salir en otro momento y abofetear a los que se lo merecen. Esta trabajando en eso.


















Mayfair.

2 comentarios:

Julián Torrado dijo...

Es... es sin dudas el reflejo de la vida de muchas personas que tuve la suerte, o desgracia de conocer y en la que más de una vez me vi pasando por algo similar.
Que grosso que puedas verbalizarlo ya que para muchos, esa es la realidad cotidiana y muchas veces no se dan cuenta, o lo peor, no quieren.
Sería muy bueno que muchos lo lean. Sería mucho mejor que muchos cambien.

Besos!!

Gisela Ange dijo...

Mayfair: muy buen relato! Es increíble cuando unas pocas palabras pronunciadas a "esa" persona nos liberarían de horas y horas de pensar en ello, de imaginarnos situaciones, de crear una realidad ficticia. Me pasa que aunque poco a poco voy superando mi timidez, hay una persona a la que le describí mi alma mil veces (frente al espejo), pero que verbalmente todavía no pude ni decir los dos palabras más importantes que tengo.

Y es un poco crudo leer esos sentimientos tan personales cuando nos enfrentamos cara a cara y no podemos evitar preguntar... "para que hago esto???" cuando nos sentimos agobiados, esclavos. Por suerte la vida nos va dando pequeños regalos, que siempre están ahí.
Me gustó mucho. Saludos!